San Salvador y sus tres años bárbaros....

Envalentonado y soberbio, ha disfrutado hasta hoy de la generosa prudencia de la gente, que ha permanecido callada ante los desmanes y abusos que por su incapacidad perpetra. Cuando lanzó a la miseria a miles de ciudadanos, desalojando a los cabezas de familia de sus fuentes de trabajo, convirtiendo a San Salvador en una exhibición de carretillas y barriles, comenzó a perderse. Y comenzó una obsesiva destrucción de árboles y a llenar de vallas y rótulos las plazas y los parques de San Salvador, lugares que deben ser oasis exclusivos de paz y tranquilidad, y no agobiantes zonas de propaganda asfixiante. Y repintó, remodeló y por supuesto, reinauguró las obras que le dejó la Administración anterior. Y en un estado lamentable de paranoia y delirio de persecución (la conciencia debe tener algo que ver) ha rodeado a la Alcaldía de enormes portones, ha bloqueado las calles aledañas y se ha dedicado a quejarse que el presidente no lo recibe, que los ministros no le contestan y que si no ha cumplido sus promesas de campaña es porque Rodrigo Avila no ganó (?)
Hoy está comenzando una nueva faceta de su desgobierno: su fase privatizadora. Quiere privatizar los mercados, el alumbrado público, y, por Dios, dicen que quiere privatizar el Parque Hula-Hula a unos extranjeros para que hagan un edificio para alojar vendedores. Si eso es cierto, alguien debe decirle que si no se han reconstruido los edificios dañados de la zona, es porque está sobre una concentración de fallas sísmicas que vuelven altamente riesgosa cualquier construcción, así que es mejor que busque otro negocio para sus amigos, y que deje en paz a los vendedores.
Otro botón demagógico: Quiere borrar los graffitis. Achís, pero eso es hipocresía. ¿Y que no es él quien ha llenado las paredes de graffitis: "NORMAN QUIJANO ALCALDE"?
No, definitivamente, San Salvador no se merecía estos tres años bárbaros.